Una señora encuentra una silla abandonada junto a un contenedor de basura y la rescata. En ese momento mira a su alrededor y tropieza con la mirada, que considera reprobatoria, de algunos viandantes, de modo que empieza a justificarse en voz alta.
-Está como nueva, oigan. Si nadie la quiere, ya la aprovecho yo.
-Diga usted que sí -interviene una señora que se ha parado a su lado y examina con atención el botín-. Si la deja ahí, no tardará en llevársela cualquiera.
-Es que está como nueva, mire.
-Claro, mujer, lo mejor que puede hacer -corean al unísono otras dos señoras que pasean cogidas del brazo.
-¿Y saben lo que les digo? -zanja la señora, silla en mano, mientras el grupito empieza a disgregarse-, que si de camino a casa me canso, pues me siento.
7 comentarios:
artiiiiiiiiiiiiiistaaaaaaaaaaaaaa!
Todo un clàsico..puedo imaginarme la escena como si la estuviera viendo en este preciso instante, quièn no se ha visto en esa misma situacion?
besos y burbujas desde el otro lado del atlàntico..
Esquelet.
Totá totá
que simpática
^_^
Tómate un tentempié, pero sentada (M.Benedetti dixit)
Me gusta. Ayer estuve hablando de usté a altas horas de la madrugada.
uf!
Juan Luis
Gracias por la visita, yo también recojo sillas rococó abandonadas.Pobres, ellas nunca lo harían.
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