miércoles, 26 de septiembre de 2007

La puerta de la estación

Sucedió en Venecia un domingo de carnaval
en el que una de las puertas abatibles de la zona de tránsito de pasajeros de la estación de Santa Lucia permaneció abierta ininterrumpidamente durante veinticuatro horas
una vida
en virtud de la inercia de miles de personas
cada una
que mantuvo apenas un segundo sin detenerse la puerta de la estación abierta al paso de la corriente

lunes, 17 de septiembre de 2007

Verídico (y 3)

Unos amigos charlan alrededor de la mesa de madera de un bar sobre un rumor que circula por la ciudad acerca de unos acontecimientos que acaecieron supuestamente durante un concierto que un famosísimo grupo de rock mexicano dio en el estadio local.
-Dicen que L vio cómo el mánager zarandeaba al cantante -comenta G.
-Lo que yo he oído es que uno de los seguritas que trabajó allí le contó a un colega mío que después del concierto entraron en el camerino unas niñas de unos quince años, al rato oyeron ruidos y entraron los seguritas, y cuando abrieron la puerta se encontraron con una escena tan chunga que no dudaron en aporrear a los miembros del grupo -asegura JL.
En ese momento llega J y saluda, se sienta, se interesa por el tema de la conversación.
-Creo que lo que pasó fue que después del concierto dieron una fiesta con doscientas putas -interviene en cuanto es puesto al corriente.
-Que no, que no -interrumpe P-. Por lo visto lo que pasó fue que unos doscientos seguritas aporrearon al mánager del grupo delante del cantante, pero hace tiempo, cuando L tenía quince años y había ido al concierto con unas putas.
-De eso nada, lo que pasó fue que doscientas putas de quince años zarandearon a L mientras unos seguritas aporreaban al mánager y al cantante del grupo.
-Yo me lo creo -confiesa C, y, ante la estupefacción general que su declaración ha provocado, aclara: todo, me lo creo todo.